Quien me iba a decir años atrás que aprendería a hacerme el nudo de la corbata.
No hace mucho tiempo tenía que pedirle a mi padre que me hiciera el nudo cada vez que tenía un evento que requería este complemento masculino. El pobre resignado... me cogía la corbata se ponía delante del espejo y hacía su medio Windsor para que yo pudiera lucir la dichosa corbata que le acababa de entregar.
Ahora ya me lo hago solito... y he que decir que con bastante soltura.

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